¿Qué viene tras la puesta en escena de López y el aplauso de EEUU?
Tal como lo había anunciado, Leopoldo López, el principal militante de la violencia, manipulación y terror de los opos, se entregó a la justicia. Empujado definitivamente por las amenazas de muerte que sus propios copartidarios de la dirigencia había dejado colar, planificó su acto para sacar el mayor rédito político posible. Cumplió a medias, imposibilitado de llegar al edificio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, tal como lo había informado, en una intención de violentar el Centro de Caracas, sede del Poder Central. Se hizo acompañar de una apreciable congregación de jóvenes con franelas blancas debidamente inducidos desde hace buen tiempo en sus hábitat de trabajo, académicos o laborales, reforzados por una intenso bombardeo de radio y tv. López se entregó, lo hizo ante una Brigada de la Guardia Nacional Bolivariana que para protegerlo de cualquier situación de peligro lo resguardó en una tanqueta. Todo un libreto televisivo. No se entregó ante autoridades civile